Parque del Laberinto de Horta
Tiene el mérito de acoger al jardín más antiguo que se conserva en la ciudad y ser un exponente de jardín neoclásico del siglo XVIII con un toque de fisonomía italiana. Debe su nombre al laberinto de cipreses recortados que se encuentra en la parte baja del recinto.
El parque ocupa los terrenos de una finca del marqués de Llupià, de Poal y de Alfarràs, un hombre muy ilustre que encargó la obra al italiano Domenico Bagutti, que trabajó allí hasta 1808. El jardinero francés Delvalet fue el responsable de las plantaciones y un maestro de obras catalán, Jaume Valls, supervisó los trabajos. La familia Desvalls mantuvo la propiedad de la finca hasta los años 70, cuando pasó a manos del Ayuntamiento. En 1971 se inauguró como parque público. En 1994 se realizó una amplia restauración que transformó su concepción en la categoría de jardín museo.
El Parque del Laberinto está distribuido en tres niveles o, mejor dicho, terrazas escalonadas. En la parte superior se encuentra una alberca que recoge el agua para el riego. En la zona intermedia se encuentran los templetes con cúpulas sostenidas por columnas toscanas. Y en la parte inferior está el laberinto, la pieza central de la iconografía del recinto.
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