La primera piedra fue puesta en el día de San José en 1840 y la construcción duró hasta 1914 cuando el techo de metal modernista fue inaugurado.
Fue con la destrucción del convento de Sant Josep en 1835 y en el 1836 cuando el convento de las Carmelitas desapareció con su iglesia de Sant Josep que el mercado encontró su sitio. La zona fue convertida en una plaza parecida a la Plaza Real, lo que explica la presencia de los porches y las altas columnas que voltean el mercado actual.
La Boqueria fue dispuesta para que las pescaderías y carnicerías no estuvieran a primera vista. Este fue el deseo del rey Carlos IV, a quién le parecía desagradable este tipo de trabajo, y todavía se conserva esta tradición.
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